domingo, 1 de abril de 2012

EL HOMBRE Y LA MUJER

EL HOMBRE Y LA MUJER
El hombre es la más elevada de las criaturas. La mujer la más sublime de los ideales. Dios hizo para el hombre un trono; para la mujer un altar, el trono exalta y el altar santifica.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón. El cerebro fabrica luz, el corazón produce el amor, la luz fecunda, el amor resucita.
El hombre es un genio; la mujer es un ángel. El genio es inmensurable, el ángel es indefinible, se contempla el infinito, se admira lo inefable.
La aspiración del hombre es la suprema gloria; la aspiración de la mujer es la virtud extrema, la gloria hace lo grande, la virtud hace lo divino.
El hombre tiene la supremacía; la mujer la preferencia, la supremacía tiene la fuerza, la preferencia representa el derecho.
El hombre es fuerte por la razón, la mujer es invencible por las lágrimas, la razón convence, las lágrimas conmueven.
El hombre es capaz de muchos heroísmos; la mujer de todos los martirios. El heroísmo ennoblece, el martirio corrige.
El hombre tiene un fanal, la conciencia; la mujer tiene una estrella, la esperanza, el fanal guía, la esperanza salva.
En fin el hombre está colocado donde termina la tierra; la mujer donde comienza el cielo.
Así pues hay belleza en el enamoramiento y el matrimonio, cuando el hombre no se considera superior a la mujer ni esta superior al hombre, si no respetándose mutuamente se complementan y estimulan hacia la meta común: la felicidad.

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